Es difícil llegar a ser santo, pero no imposible

Cuando suene nuestra postrera hora, cuando se hayan callado los latidos de nuestro corazón, todo habrá terminado para nosotros, el tiempo de la exigencia y el tiempo del demérito… Es difícil llegar a ser santos; difícil pero no imposible. La senda de la perfección es larga, como también lo es la vida de cada uno. Así pues, no nos detengamos en el camino y el Señor no dejará de enviarnos el consuelo de su gracia; Él nos ayudará y nos coronará con el triunfo eterno. — Carta espiritual Padre Pio. Pag, 9















Padre mío, temo morir desangrado si el Señor no oye mis gemidos



Era la mañana del día 20 del pasado mes de septiembre. Estaba en el coro después de la celebración de la misa, cuando me vi sorprendido por un estado de sosiego semejante a un dulce sueño… Mis sentidos internos y externos estaban en una quietud indescriptible. Se apoderó de mí una gran paz… Y, mientras ocurría esto, me vi ante un misterioso personaje, semejante a aquel que vi en la tarde del 5 de agosto. Solo se diferenciaba en que éste tenía los pies, las manos y el costado manando sangre abundante. Su vista me llenó de terror. Nunca sabré explicarme lo que sentí en aquellos momentos —  San pío de pietrelcina y su ángel custodio. Pag, 15



Me sentía morir y habría muerto ciertamente, si el Señor no hubiese venido a sostenerme el corazón, que parecía que se iba a salir del pecho. La presencia del personaje desapareció y, entonces, me percaté de que mis manos, pies y costado estaban traspasados y arrojaban sangre a borbotones. La herida del corazón es la que despide de continuo sangre, en especial el jueves por la tarde hasta el sábado por la mañana… Padre mío, temo morir desangrado si el Señor no oye mis gemidos… ¿Me concederá Jesús esta gracia? ¿No quitará al menos de mí esta confusión que experimento por causa de estas señales externas?



















¡Oh, feliz compañía, si supiésemos comprenderla!

Tenlo siempre delante de los ojos de la mente, acuérdate frecuentemente de su presencia, agradéceselo. Ábrete y confíale todos tus sufrimientos. Ten constante temor de ofender la pureza de su mirada. Él es tan delicado ¡y tan sensible! Pídele ayuda en los momentos de suprema angustia y experimentarás sus benéficos efectos. No digas nunca que estás sola para luchar contra tus enemigos. Nunca digas que no tienes a quién abrirte y confiarte. Sería una grave ofensa a este mensajero celeste. — San Pío de Pietrelcina y su Ángel Custodio. Pag, 40










EL CAMINO DEL PADRE PIO HACIA LA ETERNIDAD


Que el camino nos lleve a encontrarnos,
que el viento sople siempre a tu favor,
que el sol brille cálidamente sobre tu rostro,
que la lluvia moje suavemente tus tierras
y  hasta que volvamos a encontrarnos,
Dios te guarde en la palma de su mano.



Que Dios esté contigo y te bendiga,
que veas a los hijos de tus hijos,
que seas pobre en infortunios
y rico en bendiciones.
Que a partir de este día sólo conozcas la felicidad



Qué el camino nos lleve a encontrarnos,
que el viento sople siempre a tu favor,
que los cálidos rayos del sol caigan sobre tu casa
y que siempre tengas cerca una mano amiga.


Que siempre esté verde la hierba que pisas
y azul el cielo sobre ti,
que sean completas las alegrías que te rodean
y sinceros los corazones que te aman.


"Muerte no te enorgullezcas,
aunque algunos te llamen poderosa y terrible,
puesto que nada de eso eres;
porque todos aquellos a quienes creíste abatir no murieron,
triste muerte,
ni a mi vas a poder matarme,
esclava de lado,
la fortuna, los reyes y los desesperados,
si con veneno, guerra y enfermedad y amapola o encantamiento
se nos hace dormir tan bien y mejor que con tu golpe,
de qué te jactas,
tras un breve sueño despertamos a la eternidad y
la muerte dejará de existir,

muerte morirás."


Peregrinación a los lugares del Padre Pío


MIL VECES QUERIDO

Oh! Señor, me hace un instrumento de tu paz:

Donde es odio, haz que yo lleve amor,
Donde está ofendida, que yo lleve el perdón,
Donde está discordia, que yo lleve la fe,
Donde está el error, que yo lleve la verdad,
Donde está la desesperación, que yo lleve la esperanza.

Donde es tristeza, que yo lleve la alegría,
Donde están las tinieblas, que yo lleve la luz.

Oh! Maestro, haz que no busque tanto:
A ser entendido, en cuanto a entender.
A ser amado, en cuanto a amar
Pues:

Si es: dando, que usted recibe:
Perdonando que se ha perdonado;
Muriendo que se resucita de por vida eterna.

Amén.




































































El confesor del Papa que conoció al Padre Pío y será Cardenal a los 96 años

El fraile franciscano nació en 1927 en Federación, en la Provincia de Entre Ríos, pero desde hace muchos años se desempeña como confesor en ...