SANTA NAVIDAD AL LADO SIEMPRE DE NUESTRO PADRE PIO



Queridos hermanos en Cristo y devotos de San Pío:




Se acerca la celebración del nacimiento humano del Hijo de Dios, el Mesías prometido y esperado por los antiguos Padres, el cual entra en la historia del hombre en silencio, visitado solamente por humildes pastores advertidos por los ángeles. 




Es un nacimiento ocurrido en el silencio para enseñarnos a mirar con prudencia las ilusiones de los honores del mundo, ocurrido en la pobreza para hacernos entender que las riquezas terrenas no son frutos del amor.



En el Epistolario de Padre Pío (Epist. IV, 1008) leemos: “Pobreza, humildad, mezquindad, desprecio, rodean el Verbo hecho carne; pero nosotros, de la oscuridad en la cual este Verbo hecho carne está cubierto, comprendemos algo, escuchamos una voz, vislumbramos una sublime verdad: Todo esto lo has hecho por amor, y nos invitas solo al amor, nos hablas solo de amor, no nos das pruebas diferentes a las del amor”.



Para cambiar nuestra existencia, el Niño Jesús escoge un nacimiento humilde y pobre en oposición a las conductas humanas, invitándonos a volvernos “niños de espíritu” para iniciar un nuevo camino que lleva a amar, comunicar, ser entendido y entender. 







Es el camino de los pastores de Belén, los cuales, en el silencio y en la sencillez de sus corazones, escucharon la voz de Dios que invita al amor y da pruebas de amor.







Escuchemos por lo tanto el mensaje que llega desde el cielo acogiendo al Niño Jesús con un corazón nuevo, vacío de la soberbia, avaricia y vanidad cuyos efectos son la violencia, el deseo de poseer cada vez más riquezas materiales y poder, es decir, males causados por el pecado que afligen el mundo.


Siempre Padre Pío en el Epistolario III, pág. 1009, escribe: “Al Niño celeste le falta todo para que nosotros aprendamos de Él la renuncia a los bienes y a la comodidad terrena; Él se complace en los humildes y pobres adoradores para invitarnos a amar la pobreza y preferir la compañía de los pequeños y de los sencillos a aquella de los grandes del mundo… 


Ofrezcámosle todo nuestro corazón sin reserva alguna, y prometámosle seguir las enseñanzas que llegan a nosotros desde la gruta de Belén, que nos predican que todo aquí es vanidad de vanidad, nada más que vanidad”.




El Niño celeste regenere nuestros corazones para que abriéndolos a la misericordia, comprensión y amor, lleven al mundo una palabra de esperanza que sepa vencer el escepticismo, el miedo, la soledad del tiempo actual, y para hacerlo a veces basta un acto de cariño, una sonrisa, una felicitación sincera de Navidad,
gestos sencillos que encienden una pequeña luz que, como en la gruta del pesebre, aclara las tinieblas presentes.



Les deseamos una Feliz y Santa Navidad y un Feliz Año Nuevo, para ustedes, sus familias y todos los seres queridos.



















El árbol de Navidad y su significado


Una tradición unida a la llegada de la navidad es la decoración del Árbol de Navidad. Lo ponemos cada año, lo adornamos con luces, cintas, bolas, muñecos, pero seguro que pocos saben por qué lo hacemos realmente, que simbología y qué significado tiene el árbol. No es un elementos que se utilice aleatoriamente sino que tiene su razón de ser dentro de la tradición cristiana.


Cuando los primeros cristianos llegaron al norte de Europa observaron que sus habitantes celebraban el nacimiento de Frey, dios del sol y de la fertilidad adornando un árbol perenne en la fecha próxima a la Navidad cristiana. Según la creencia de aquellos pueblos el árbol simbolizaba al árbol del Universo, llamado Yggdrasil. En su copa se hallaba Asgard (la morada de los dioses), el Valhalla (palacio de Odín) y en las raíces más profunda estaba Helheim (el rey de los muertos).


Cuando, años después, se produjo la evangelización de esos pueblos los cristianos tomaron la idea del árbol para celebrar el nacimiento de Cristo, uniéndolo así íntimamente a nuestra Navidad pero con un significado diferentes. Fue San Bonifacio, evangelizador de Alemania, quién cortó un árbol que representaba al Yggdrasil y lo sustituyó por un pino. Al ser también de origen perenne simbolizaba la naturaleza eterna de Dios y el amor hacia él. Como adornos eligió manzanas y velas. Las manzanas simbolizando el pecado original y la tentacion, y las velas representando a Jesucristo como luz del mundo. Como es evidente, con el paso del tiempo las manzanas y las velas se sustituyeron por otro tipo de decoración, pero la luz se mantiene a través de las pequeñas bombillas de colores, y la forma redondeada de los adornos nos hace recordar la manzana original. Aún así el color de cada esfera también tiene un significado:


– azul: oraciones de reconciliación

– plata: las de agradecimiento

– oro: alabanza

– rojo: las de petición


La estrella en la punta del pino representa la fe que debe guiar la vida del cristiano. Y recordando a la estrella de Belén.

Más tarde se agregó la tradición de poner regalos bajo el árbol para que los niños lo encontrasen. El árbol de Navidad recuerda al árbol de Paraíso cuyos frutos comieron Adán y Eva y de donde vino el pecado original. Por ello recuerda que Jesucristo llegó para ser el Mesías y salvar a todos los humanos del pecado original, para la reconciliación.

La naturaleza perenne del árbol (suele ser una conífera) representa también la Vida o la vida eterna. Su forma triangular representa a la Santísima Trinidad.


EXHORTACIÓN DEL PADRE LUIS


Padre Pío, siempre creyó en el amor, y así trataba de trasmitirlo a todos sus dirigidos, que creyeran en el amor que Dios les tenía. Pero Padre Pío, tuvo también muchas tentaciones en su vida, y en ocasiones sentía a Dios lejos de él, sentía como si Dios se hubiera enfadado, su sensibilidad se sentía perturbada, pero mantenía la fe, aunque fuera en la oscuridad. 


Adorar a Jesús, nos ayuda a ejercitar la fe, y la esperanza, porque yo espero en su día unirme a Jesús en el cielo, con todos los santos, con todos mis hermanos, en una felicidad inimaginable, y si yo estoy esperando eso, tengo una prenda de esa vida futura, en ese pedazo de pan, que oculta la presencia del mismo Jesús, es como decir, esto es una prenda de lo que te espera, es un enorme consuelo que tenemos los cristianos, de tener la Eucaristía, en la comunión, pero también en la adoración. 


 A mi me gusta mucho poder adorar a Jesús, expuesto en la custodia, es muy bonito, y parece como que lo notas más, y te ayuda, pero no en todos los lugares se suele exponer a Nuestro Señor en la custodia, también Nuestro Señor, está en el Sagrario, aunque no lo vea, y también allí es digno de todo amor y de toda adoración. Adorar a Jesús en la Eucaristía también es un signo de amor, de reparación, de consolación a Jesús, es decir, yo no te veo, pero a veces te siento, te quiero y quiero estar contigo, a pesar de todos los pesares, quiero estar contigo en nombre de todos aquellos que no comprenden tu presencia entre nosotros, que no comprenden tu amor, quiero estar contigo, quiero reparar, quiero consolarte, ésta es también una oración muy bonita que podemos ofrecer a Jesús, cuando lo adoramos. 


Muchas veces nuestra relación con Dios, con lo sagrado, es una relación un poco utilitaria, para que Dios me ayude, me conceda, me saque de mis aprietos, y de mis apuros.





















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