Uno no podría saber quién es realmente la Santa de Pietrelcina si no entendiera su relación tan especial con la Santísima Virgen.
A lo largo de sus ochenta años de vida, la devoción mariana, vivida como una verdadera "esclavitud del amor", marcó todo su itinerario desde su amanecer en Pietrelcina, a la sombra de la imagen en la "Madonna della Libera", hasta su puesta de sol, enterrado como un soldado sosteniendo su "arma", como solía llamarlo el santo rosario.
En este día de San Pío de Pietrelcina, queremos que su voz llegue realmente a los cuatro rincones de la tierra e invite a todos los hombres a conocer el amor más especial que debemos tener por la Virgen María.
"Madonna ... es Mamma nostra!"