Sirvió en el hospital del Padre Pío por veinte años antes de ingresar a la clausura para “prepararse a la Santa Muerte”.
Sor Consolata di Santo nació en 1916 y murió el pasado 27 de Febrero a los 101 años,
llevando consigo el recuerdo de los años que trabajó junto al fraile capuchino
y la alegría de haber podido besar por una vez los estigmas, sin que estuviesen protegidos por los guantes que solía usar el sacerdote.
Nacida en 1916 en Sant’Eramo al Colle, era la última de diez hijos, todos consagrados a Dios.
La madre, antes de morir y recibiendo la extremaunción, había pedido esta gracia.
Así, la futura religiosa entró al convento en 1936, entre las Hermanas Apóstoles del Sagrado Corazón de Jesús, que el Padre Pío había elegido para prestar servicio entre los enfermos del hospital “Casa Sollievo della Sofferenza”, por él querido.
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