Holocausto de obediencia
Letra: Fray Rufino María Grandes
Música: Daniel J. Knaggs
El Hijo es holocausto de obediencia
sobre el altar del mundo,
y se abre el Paraíso al pecador,
alzado por tu Cruz hasta tu triunfo.
En esta tarde ungida por tu gracia
se anuncia ya el futuro,
oh Cristo, Sacerdote en el Calvario,
abrázanos a ti cual hijos tuyos.
Tu víctima de amor, tu siervo Pío,
oraba por los suyos;
y estar allí en la puerta te pedía,
en tanto que no viera entrar al último.
Jesús orante, oh toda bendición
y sacrificio augusto,
concédenos ser hostia y alabanza
y con san Pío estar contigo juntos.
¡Divina Trinidad de cielo y tierra,
presente en nuestro culto,
oh gloria y luz-misterio de la Iglesia,
en ti sea el amor y el gozo sumo! Amén
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