La Gruta del Padre Pío es un espacio dedicado al santo Pío de Pietrelcina, ubicada en la estancia La Aurora, cerca del río Daymán, en el límite entre los departamentos Paysandú y Salto.
Los dueños de la estancia, la familia Tonna, construyeron la gruta orientada hacia Pietrelcina junto a otros colaboradores anónimos, motivados por la fe religiosa ligada al catolicismo.
En enero de 1987, los esposos Tonna empezaron a diseñar la obra prometida a su asesor espiritual, que debería estar terminada en 4 meses. Una pareja recién llegada a la estancia se comprometió a ayudarlos: eran Guillermo Beckes y María de las Mercedes Schoenemman, reconocidos escultores argentinos. Desde entonces, muchos colaboradores anónimos se sumaron a la creación, unidos por la fe, en el improvisado taller ubicado en el tambo de la estancia.
La imagen debía representar al padre Pío en su juventud y el rostro, en el que se trabajó durante 9 días, cayó al piso sin causa aparente y, ante la proximidad del plazo, se logró plasmar un rostro luminoso, sonriente, con mirada viva , en solo 2 días. Al mismo tiempo, se armaba la gruta con ladrillos, piedras, andamios, encofrados, hierros. Se trasladó la escultura hacia el lugar definitivo y se anunció la inauguración, de boca en boca, para el 25 de mayo, correspondiendo a los 100 años del Padre Pío, que tuvo gran concurrencia.
Se realizó una misa criolla con un coro de devotos argentinos y uruguayos y se lanzó al aire un ramillete de globos cargados con gas, que traspuso la Cordillera de los Andes.
Entrada al predio de la estancia La Aurora donde se encuentra la gruta del Padre Pío
El predio donde se encuentra la gruta está cercado, de manera que se pasa un portón y se recorre un sendero bordeado por una serie de carteles con pensamientos del Padre Pío.
La gruta, cerrada por una reja, contiene la escultura del santo, las imágenes de los dueños de la estancia que la construyeron y las ofrendas de los devotos.
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