La oración abre el corazón de Dios

"Orad y orad siempre cada vez con más insistencia. Jesús es bueno y no dejará de escuchar tantas oraciones dirigidas a Él con confianza", escribe el Padre Pío. En otra ocasión dirá: "La oración es la mejor arma que tenemos; es una llave que abre el corazón de Dios". Confiar... La confianza en Dios es otro de los capítulos del libro: "Con confianza me acurruco en los brazos de Jesús y que suceda todo lo que Él ha dispuesto", recalca el Padre Pío. "Vuestro futuro está dispuesto por Dios con admirable bondad siempre para bien: sólo os falta resignaros a los que Dios disponga y bendecir su mano que llama, abraza, acaricia y, si algunas veces castiga con dureza, lo hace porque es la mano de un padre". "¿Acaso no estamos en la manos de la Providencia, la madre más afectuosa que se puede decir e imaginar?".







Proponía al tribunal de justicia

" creo que Jesús quiere consolarte por medio de mi pobre escrito; no porque yo pueda tener la potencia de consolar un alma, porque nadie puede dar lo que no tiene, sino sólo porque el sentimentalismo Dios quiere servirse a veces de algún medio natural [...] Para consolar a sus elegidos :"







ESCRITOS DEL PADRE PIO

" si queremos cosechar es necesario no tanto sembrar, como esparcir la semilla en un buen campo, y cuando esta semilla se convierta en planta, nos preocupa mucho que la cizaña no ahogue las tener plantas." 

" Oh! Lo amargo que es tener que rendir cuentas a Dios también del mal no impedido y del mayor bien no conseguido a otras almas; y todo eso, Dios no lo quiera, por una mala dirección "

(de los escritos de padre pio) 







Les deseo a todos un buen día

 " la oración es la efusión de nuestro corazón en lo de Dios... cuando se hace bien, conmueve el corazón divino y le invita cada vez más a ofreciéndose. Tratamos de derramaré todo nuestro alma cuando nos ponemos a DIOS. Él permanece cautivo de nuestras oraciones para poder ayudarnos." (de los escritos de padre pio)











Biografia de el Padre Pío

El Padre Pío nació en el seno de una sencilla, humilde y religiosa familia de agricultores, el 25 de mayo de 1887, en una pequeña aldea del sur de Italia, llamada Pietrelcina.

A la edad de 15 años hizo su ingreso en el Noviciado de los Frailes Menores Capuchinos, en la localidad de Morcone. Fue ordenado sacerdote el 10 de agosto de 1910, en la Catedral de Benevento. Ocho años más tarde, el 20 de septiembre de 1918, aparecieron visiblemente las llagas de Nuestro Señor en sus manos, pies y costado izquierdo del pecho, haciendo del Padre Pío el primer sacerdote estigmatizado en la historia de la Iglesia.

Fue heroico en su apostolado sacerdotal, que duró 58 años. Grandes multitudes, de todas las nacionalidades, pasaron por su confesionario. Las conversiones fueron innumerables.

A través de sus cartas al confesor, se descubren insospechables y tremendos sufrimientos espirituales y físicos, seguidos de dicha inefable, fruto de su íntima y continua unión con Dios y de su ardiente amor por la Eucaristía y por la Santísima Virgen.

El Señor lo llamó al premio celestial el 23 de septiembre de 1968. El Padre Pío fue sepultado en la cripta del Santuario de Ntra. Sra. de las Gracias, en San Giovanni Rotondo, meta de un número cada vez mayor de peregrinos de todo el mundo.

Las etapas de su Causa de Canonización han sido las siguientes: 20 de marzo de 1983, inicio del proceso diocesano; 21 de enero de 1990, clausura del predicho proceso; 18 de diciembre de 1997, lectura del decreto sobre la heroicidad de las virtudes; 21 de diciembre de 1998, promulgación del decreto sobre el milagro para la Beatificación; 2 de mayo de 1999, Juan Pablo II lo declara Beato; 26 de febrero del 2002, promulgación del decreto sobre el milagro para la Canonización; 16 de junio del 2002, Juan Pablo II lo declara Santo.













Datos Cronológicos

Datos Cronológicos

1887  (25 de mayo) El Padre Pío, para el siglo Francesco Forgione, nace en Pietrelcina (Benevento) hijo de Grazio Forgione y Maria Giuseppa (Peppa) Di Nunzio.

         (26 mayo) El pequeño Francesco recibe el bautizo en la iglesia de Sant'Anna.

1903  (6 de enero) El joven Forgione entra en el noviciado de los Capuchinos de Morcone.

         (22 de enero) Viste el hábito capuchino adquiriendo el nombre de Fray Pío.

1907  (27 de enero) Fray Pío hace profesión de votos solemnes.

1910  (10 de agosto) En la catedral de Benevento Fray Pío es ordenado sacerdote.

         (14 de agosto) El Padre Pío celebra en Pietrelcina su primera Misa solemne.
          - El Padre Pío advierte dolores en sus manos y pies. El 8 de septiembre de 1911 le confiesa a su director espiritual, el padre Benedetto de S. Marco en Lamis, que tiene "desde hace alrededor de un año, los estigmas invisibles".

1915  (10 de octubre) Revela a su director que desde hace años sufre la coronación de espinas y la flagelación.

1916  (17 de febrero) Sus superiores le trasladan a Foggia, al convento de S. Anna.

          (28 de julio) Para evitarle el calor del verano le envían al convento de S. Giovanni Rotondo y se queda en él una semana.

          (4 de septiembre) El Padre Pío obtiene permiso para regresar provisionalmente a S. Giovanni Rotondo.

          (18 de diciembre) Vuelve a Nápoles para presentarse al cuerpo militar, pero sus condiciones físicas convencen a los médicos a mandarlo de regreso a casa con licencia extraordinaria.

1917  (12 de noviembre) Vuelve al convento de S. Giovanni Rotondo, donde permanece hasta el 5 de marzo de 1918, cuando retoma su servicio militar en Nápoles.

1918 (16 de marzo) El Padre Pío regresa, esta vez para siempre, al convento de S. Giovanni Rotondo.

          (5 de agosto) Un misterioso personaje celestial traspasa el corazón del Padre Pío con una lanza dejándole una herida que sangra siempre: es la trasverberación.

          (20 de septiembre) Ve otra vez en el coro al misterioso personaje goteando sangre y descubre que sus propias manos, costado y pies están llagados. El Padre Pío empieza a llevar en su cuerpo los estigmas, las huellas visibles de la pasión de Cristo.

1919  La noticia de la estigmatización se difunde por toda Italia y miles de peregrinos suben al Gargano para ver al Padre Pío, atraídos por sus numerosos carismas.

           (15 de mayo) Por primera vez un médico, el profesor Luigi Romanelli, director del Hospidal de Barletta, examina los estigmas del padre Pío.

           (26 de julio) Le visita el profesor Amico Bignami, patólogo de la Universidad de Roma.

           (9 de octubre) El doctor Giorgio Festa, enviado por el General de los Capuchinos, el padre Venanzio da Lisle-en-Rigault, le hace un concienzudo examen.

1923  (17 de junio) Llega a S. Giovanni Rotondo la orden de que el padre Pío no celebre más Misa públicamente, y de que no se vuelva a contestar las cartas de los fieles que llegan al convento.

          (25 de junio) El Padre Pío celebra Misa en privado; por la tarde se desencadena una revuelta popular.

          (26 de junio) Vuelve a celebrar Misa en la iglesia.

          (8 de agosto) Llega la orden de trasladar al Padre Pío a Ancona.

          (17 de agosto) Preocupadas por la agitación de la gente, las autoridades eclesiásticas suspenden el traslado del padre Pío.

1925  (22 de abril) El pueblo está de nuevo en tumulto por algunas restricciones impuestas al padre Pío en el ministerio de las Confesiones.

1933  (16 de julio) Tras más de dos años el padre Pío vuelve a celebrar Misa en público.

1940  (9 de enero) Comienza la "gran obra terrenal" del padre Pío: la Casa para el Alivio del Sufrimiento.

1956  (5 de mayo) Se inaugura la "Casa para el Alivio del Sufrimiento".

1968  (22 de septiembre) Como ha venido haciendo desde hace años el padre Pío celebra Misa a las 5 de la mañana. Es su última celebración eucarística.

          (23 de septiembre) "¡Jesús, María!, ¡Jesús, María!"!: son sus últimas palabras. El padre Pío muere a las 2,30 de la mañana.

          (26 de septiembre) En los funerales del padre Pío participan más de cien mil personas.
                   
          (27 de septiembre) Se abre a los fieles la cripta que custodia el cuerpo del padre Pío. Empieza así una peregrinación ininterrumpida de fieles a su tumba.

1983  (20 de marzo) Se abre oficialmente en San Giovanni Rotondo el proceso para examinar el caso del padre Pío.

1987  (23 de mayo) El Santo Padre, Juan Pablo II, peregrina a San Giovanni Rotondo y reza ante la tumba del padre Pío.

1990  (21 de enero) Se concluye su proceso de Beatificación.

1997  (abril) Al Padre Pío se le declara Venerable.

1999  (2 de mayo) El Padre Pío de Pietrelcina es proclamado Beato por Juan Pablo II.

2002  (16 de junio) El Padre Pío de Pietrelcina es proclamado Santo por Juan Pablo II.





Misión de San Pío: Apóstol del confesionario.

En todo el contexto de la vida y la espiritualidad de Francesco Forgione, el Santo Padre Pío, se ofreció como víctima de amor en el altar, donde vivía la pasión de Cristo, y en el confesionario, donde vivía la compasión (precisamente en el sentido etimológico de «padecer con») con el pecador. Se identificaba con Cristo en la inmolación eucarística, y con el penitente en el confesionario, para reconciliar a las almas con Dios. El padre Pío fue un gran apóstol del confesionario; ejerció el ministerio durante cincuenta y ocho años, horas y horas, dedicado a los que acudían a él: hombres y mujeres, enfermos y sanos, ricos y pobres, eclesiásticos y seglares, procedentes de lugares cercanos o lejanos. En su causa de canonización este es ciertamente su mayor título de gloria, la confirmación de su santidad y el ejemplo más brillante que dejó a los sacerdotes de todo el mundo, de este siglo y de los futuros.









El Programa de Espiritualidad de San Pío

La vida de Padre Pío estaba centrada en el misterio de la Pasión y muerte de Jesús, aprendió de él, enseñó en la Escuela del dolor, del Sacrificio y de la Cruz, en la que nuestras almas sólo pueden santificarse.

En la cruz se manifestó a los cristianos, el «Evangelio del sufrimiento». La realidad del sufrimiento está desde siempre ante los ojos, en el cuerpo, en el alma y en el corazón de cada uno de nosotros. Fuera del área de la fe, el dolor ha constituido siempre el gran enigma de la existencia humana. Pero desde que Jesús, con su pasión y muerte, redimió al mundo, se abrió una nueva perspectiva: “mediante el sufrimiento se puede progresar en la entrega y alcanzar el grado más elevado del amor, gracias a aquel que nos amó y se entregó por nosotros".

El principio de la fe cristiana es la fecundidad del sufrimiento y, por tanto, la invitación, hecha a todos los que sufren, a unirse a la ofrenda redentora de Cristo. El sufrimiento se convierte así en ofrenda, en oblación: como aconteció y acontece en tantas almas santas. Especialmente los que se hallan oprimidos por sufrimientos morales, encuentran en los sufrimientos morales de Jesús el sentido de sus pruebas, y entran con él en Getsemaní. En Él encuentran la fuerza para aceptar el dolor con abandono y confiada obediencia a la voluntad del Padre. Los discípulos de Cristo tienen el privilegio de entender el valor salvífico en el Evangelio del sufrimiento, ya que en el se esconde una particular fuerza que acerca interiormente el hombre a Cristo. Quien sigue a Cristo, quien acepta la teología del dolor, sabe que al sufrimiento va unida una gracia preciosa, un favor divino, aunque se trate de una gracia que para nosotros sigue siendo un misterio. Ahora bien, la fe nos lleva a aceptar este misterio y, a pesar de todo, infunde paz y alegría en el alma de quien sufre.


 






El confesor del Papa que conoció al Padre Pío y será Cardenal a los 96 años

El fraile franciscano nació en 1927 en Federación, en la Provincia de Entre Ríos, pero desde hace muchos años se desempeña como confesor en ...